Políticas y estrategias de adquisición de medicamentos esenciales: Un análisis sistematizado de modelos y experiencias clave en América Latina
Fecha
2007Autor
Puente, Catalina de la
Tobar, Federico
Stamponi Rallis, Ana Sofía
Metadatos
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Durante la década de los 90, y precisamente a causa de las políticas neoliberales implementadas en ella, surge con mayor frecuencia y vehemencia la discusión sobre equidad, o más bien sobre inequidad (consecuencia del sistema de mercado, que no resuelve el problema de todos aquellos bienes que presentan fallas), que fue el problema que se presentaba entonces y cuyas consecuencias persisten aún en nuestros días. Estas discusiones sobre la definición de equidad se han enriquecido notablemente en los últimos tiempos, y existe un consenso paulatino respecto de lo que se entiende como equidad en salud y equidad social. Sin embargo, y con independencia de la definición de equidad adoptada hay un hecho claro, el concepto de equidad se vincula al concepto de justicia social. Entonces, desde una visión simple, todo se reduce a la pregunta: ¿Es justo? Por diferentes que sean los pensamientos o comportamientos de las personas que comparten una misma cultura, existe acuerdo en la visión de una situación dada: nadie podría afirmar que es justo que un niño muera de una enfermedad de causas prevenibles, y todos estarían de acuerdo en que el Estado financie la intervención en ese tipo de enfermedades. Sin embargo, si nos preguntamos si es justo que el Estado financie una intervención quirúrgica costosa con un 5% de probabilidad de sobrevida, ya no todas las personas estarían de acuerdo. El principal desacuerdo en este último caso se genera en la asignación de recursos escasos, ya que entre los que están en desacuerdo se analiza la cantidad de otro tipo de intervenciones que el Estado podría aplicar para salvar más vidas o mejorar la calidad de vida de muchas personas en detrimento de una, se analiza el costo de oportunidad de esa intervención y muchos ya no estarían de acuerdo en que sea justo, en que sea equitativo comparado con el beneficio potencial de ser asignado a otro tipo de atención de la salud. Sin embargo, y a pesar de estas diferencias intrínsecas al campo de la salud, existe cada vez mayor aceptación en que la salud es el elemento más importante en la vida de una persona, sin ella es prácticamente inadmisible desarrollar en forma completa cualquier otro tipo de actividad. Por esta razón, asegurar la equidad en salud es la puerta que permite que equidades en otros campos sean posibles. En palabras de Sen “la salud es una de las condiciones más importantes de la vida humana y un componente fundamental de las posibilidades humanas que tenemos motivos para valorar. Ninguna concepción de la justicia social que acepte la necesidad de una distribución equitativa y de una formación eficiente de las posibilidades humanas puede ignorar el papel de la salud en la vida humana y en las oportunidades de las personas para alcanzar una vida sana, sin enfermedades y sufrimientos evitables ni mortalidad prematura. La equidad en la realización y distribución de la salud queda así incorporada y formando parte integral de un concepto más amplio de la justicia.” Es por ello que asegurando la equidad en salud se abre la posibilidad de que exista equidad en otros campos, dado que sin salud sería difícil desarrollar, por ejemplo, el máximo potencial educativo, social o laboral y por ende no permitiría la plena capacidad adquisitiva a la que se podría aspirar. En otras palabras, La plenitud en el estado de salud logra, en el ideal, generar equidad de acceso a los otros campos que permiten el desarrollo completo de la calidad de vida de una persona. Si bien es evidente la importancia de la salud en el desarrollo de la plena capacidad de una persona, y también la relevancia de asegurar a todas las personas la misma oportunidad para que ese pleno desarrollo se realice, no lo es, el cómo hacerlo. En tiempos recientes, se ha buscado la respuesta a la pregunta de cómo lograr dar a todas las personas las mismas oportunidades para que desarrollen su pleno potencial, y ha surgido la necesidad de intercambiar experiencias entre los países que han logrado un avance, grande o pequeño, en este campo. Para ello, se ha tendido a expandir el concepto de equidad y se está utilizando el de cohesión social, como un término más abarcativo que incluye a la equidad pero que particularmente involucra a la comunidad como un todo en su complejo tejido social, considerando los aspectos de pertenencia y ciudadanía, y los de lucha contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión social. El concepto de cohesión social, en América Latina surge, precisamente, como respuesta a los problemas de pobreza extrema, alta concentración de la riqueza, enormes desigualdades y cuestiones de discriminación y exclusión social. Esto se hace manifiesto “Desde la III Cumbre entre la Unión Europea y América Latina/Caribe, celebrada en Guadalajara (México) en mayo de 2004, y con la adopción y consiguiente aplicación del programa EUROsociAL, la cohesión social ha pasado a ser un punto esencial de la cooperación dentro de la asociación UE-ALC”. La definición del concepto de “cohesión social” es relativamente nueva, y en la actualidad existe un fuerte debate respecto de los alcances de su definición. Sin embargo, para limitar o acotar el marco teórico de manera que resulte práctico para su aplicación, se ha limitado el concepto al análisis desarrollado en abril de 2007, en Buenos Aires, donde se realizó un Taller Metodológico del Programa de EUROSOCIAL para la cohesión Social en Latinoamérica, que enmarcan claramente la definición desde diferentes perspectivas. Desde un punto de vista socio-cultural, es definida como: “la capacidad de una sociedad para asegurar el bienestar de todos sus miembros, minimizando las disparidades y evitando la polarización. Una sociedad cohesionada es una comunidad de individuos libres que se apoyan mutuamente para perseguir estos objetivos comunes a través de medios democráticos.” Desde un punto de vista instrumental: “En el contexto de la globalización, la promoción de la cohesión social tiene por objetivo construir sociedades más solidarias, que ofrezcan oportunidades reales a todos (incluidos los más desfavorecidos) de acceder a los derechos fundamentales y al empleo, de beneficiarse del crecimiento económico y del progreso social (…) La promoción de la cohesión social es esencial para luchar contra la pobreza y la desigualdad. Es también indisociable de la consolidación de la democracia, de una economía eficaz y de un empleo digno para todos.” Existen otras perspectivas de la cohesión social que le da identidad. como la socio-económica, que se focaliza en la existencia de mecanismos de redistribución, de promoción de la equidad y de protección de los grupos menos favorecidos; la socio-política, que busca el logro de consensos políticos; la socio-institucional, que necesita la presencia de instituciones públicas y privadas legítimas y reconocidas para gestionar el conflicto de divisiones étnicas, religiosas, de género, sociales o políticas de manera eficaz, y la socio-cultural, que requiere individuos que se impliquen en la gestión de los asuntos públicos y hagan ejercicio de ciudadanía, favoreciendo el diálogo, la solidaridad, la tolerancia y el respeto a las diferencias, evitando el desencanto y la apatía. Considerando lo anterior, se ha adoptado el concepto de Cohesión Social establecido en el marco del Programa de EUROSOCIAL que la define como “...es un atributo de las sociedades democráticas, que tiene como resultado la formación de un tejido social y la vertebración de las distintas comunidades y grupos de un país”. “Lo anterior permite comprender la relevancia de políticas que apuntalen una cohesión social basada en valores democráticos. Más allá de su indudable relevancia ética en razón de la equidad, esta también es relevante para determinar la solidez del Estado de derecho, del orden social democrático y de la gobernabilidad. Sin embargo, el uso del concepto dista de ser riguroso: más bien, es un objetivo u horizonte político que se asocia indistintamente con diversos y abigarrados aspectos del desarrollo social que, según se afirma, contribuyen a su logro o lo obstaculizan”